Callen los roncos tambores y enmudezcan las cornetas, que Dios-Hombre se ha dormido sobre un regazo de seda. Que se suspenda en el aire el dolor de la saeta. Que pare su andar la luna; que quede la noche quieta, porque Cristo no está muerto que sólo descansa en Ella. !Cómo se puede morir el Rey del Cielo en la tierra! !Ay, cómo exhalan dulzura sus pupilas entreabiertas! Callen los roncos tambores y silencien las cornetas. Que broten sólo alelíes con sus blancuras pequeñas. Que le rodeen blancos lirios, azahares y azucenas. ![]() para ver si no despierta. Que sólo una brise leve le roce su tez morena y lo acaricien los besos luminosos de una estrella. Que sólo los costaleros sobre los pies lo mantengan. Así, despacio, despacio..... !Qué lo mezcan, que lo mezcan, porque se va a despertar y va a ser mayor su pena. !Qué no está muerto, que no! Que sólo descansa en Ella, de tanto dolor pasado, de tanta injuria y blasfemia. ! Queden quietas en los aires perfumadas Primaveras...! Que Dios-Hombre se ha dormido en un regazo de seda. | |
Florencio Quintero. |
III centenario Soledad Olivares
martes, 25 de enero de 2011
EN UN REGAZO DE SEDA ( Al cristo de la misericordia)
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